sábado, 5 de abril de 2014

El destino lo quiso así.

Hola~ 
Nuevo mes, nuevo día (:
Ayer estuve de sentimental mientras veía una parte del stream del concierto de Shinee T-T y luego de dejar de sufrir y reírme porque están bien idiotitas me puse a ver los vídeos que tengo en mi compu y pues se reprodujo Goodbye summer de F(x) y no pude evitar escribir. 
Extraño mi Word, está lleno de faltas yo lo sé >< 
Y aunque ayer llené mi face de estados sobre Shinee también acá D: sé que algún día los conoceré, yo lo sé. Todo en esta vida es posible y eso sé que se cumplirá :D 
Bueno sin nada más que decir aquí les dejo esta cosa rara que salió ayer  a las dos de la madrugada x.x


El destino lo quiso así. 

La etiqueta de amigo es algo que he llegado a odiar... 

  Quizá el destino nos puso en el mismo camino por algo, estaba escrito que nos encontraríamos en aquel lugar. En aquellas cuatro paredes que se volvieron como nuestro segundo hogar. Eramos compañeros de curso, estuvimos juntos desde pequeños. Pasamos por tantas cosas que tendría que pasar más de una hora para terminar de rememorar cada uno de los recuerdos gratos que vienen a mi memoria. 

  He escuchado aquellas palabras de tus labios. Y mi corazón se ha roto. Pero yo solo sonrío ante tu felicidad. ¿Esto fue lo que sentiste cuando yo te lo dije? Debió haber sido horrible. 

  -Me pidió salir. -Brincas de felicidad, al fin aquel chico te lo había pedido. 

  Tu alegría superaba el dolor que sentía en el pecho, yo sonreí para que no sospecharas. No podía reclamarte, no tenía un por qué solo eramos amigos. Me había dado cuenta tan tarde de estos sentimientos que me superaban, de este cálido latir cada que estábamos juntos y cada que pensaba en ti. Era horrible saber que estaba etiquetado en la categoría que era incluso casi imposible de salir. Eramos mejores amigos. 

  Amigos y nada más. 
  
  Te fuiste a tu cita, me pediste que te diera el punto bueno. Y así fue o bueno eso intentó ser porque en el momento en que te vi salir de tu cuarto mi mente quedó en blanco y solo sentí mi palpitar desenfrenado. La belleza es algo que siempre te ha caracterizado y en aquel hermoso atuendo esta resaltaba aún más. Te fuiste más que feliz y yo me quedé a esperarte allí, igual siempre nos la pasábamos juntos y el hecho de que me quedara en tu casa era más que normal aunque tú no estuvieras. 

  Me dejé caer sobre el sofá cuando saliste por la puerta y logré salir de mi estado de shock. Era algo tonto esperar a que te arrepintieras y volvieras a mí, dándome una oportunidad. Suspiré, eso no pasaría y no pasó. 

  Ahora estamos paseando en bici, estás más alegre de lo normal. Tu felicidad sobrepasa lo normal. Y yo me contagio de esta, aún estando tan triste ante tu evidente rechazo no puedo evitar disfrutar cada momento a tu lado. Si tan solo te dieras cuenta. 

  Vamos baby, esto es algo que he comenzado a odiar. Esta amistad esta queriendo acabar con mi cordura. 

-Te quiero tanto. -Dices y mi corazón se vuelve loco de esperanzas.

-Y yo a ti. -Lo digo de verdad, me rodeas con tus bracitos y yo te correspondo. 

  Pero hay algo más aquí. No logro comprender porqué. Entonces veo tu cuello cuando te separas de mí. Es un dije, la mitad de un corazón. Caigo de nuevo en la realidad. Vamos, solo soy tu amigo y me haces creer que puedo ser algo más.

  Corres a mí, te ha dejado esperando por aquel estúpido negocio. Te consuelo. Amenazo con partirle la cara pero tú me lo impides. Además te promete que será la última vez. 

  Vamos, tú sabes que no es cierto. 
  
  Estamos sobre una banca en el parque, yo estoy sobre tus piernas mientras acaricias mis cabellos. Son estos los momentos en que pienso que vivo en un sueño donde tu me correspondes. Me alejo de la realidad y me voy lejos.

  Son tantos momentos, tantos recuerdos que me es imposible no enamorarme aún más de ti con cada día que pasa. Mi cuerpo duele al tener este secreto solo para mí. 

  ¿Pero sabes que es lo peor? No puedo hacer nada, no puedo hacer que le dejes porque para mi desgracia él es mi amigo. Si, mi amigo. Es todo tan cruel, la realidad pareciera que es la típica película romántica donde el amigo se enamora y al final quedan juntos. ¡Ja! Debo dejar de ver tantas películas de Hollywood. 

  Entonces ocurre, él me llama. Me reúno con él una cálida mañana que para mí se convirtió en el peor día de mi vida. Me pide ayuda. Y no solo eso me pide mi aprobación a su relación. 
Quiere dar un paso más. Me ha pedido tu mano. 

-Vamos, tienes que ayudarme. -Quisiera negarme. -Eres nuestro amigo, yo sé que quieres vernos felices. 

-Sino supiera que la amas de tal manera, podría decirte que no. -Me sincero pero él se lo toma en broma. 

-No seas así, que no soy ningún patán y tú lo sabes. 

-¿No le cambiarás nunca? ¿La amarás sobre todo? 

  Me mira y se hecha a reír, le miro amenazante y él se limita a decir que te hará la mujer más feliz del mundo. Termino aceptando. Todo va de mal en peor para mí. Lo sé. 

  Estamos en mi departamento, me estás presumiendo de tu próxima cita, yo solo río cuando debo. Te estoy dando la espalda mientras hago la comida. Y como si fuera algo ajeno a mí lo digo sin más.

-Yo podría ser un novio mejor para ti. -Listo, mi mente no había sido tan rápida como mi boca y eso había salido sin siquiera razonar y ver las consecuencias, no volteo a verte. Debes estar enfadada. El silencio es horrible, sonrío triste, era la respuesta que me esperaba. -Debo cambiar de tema, ¿verdad?

  Después de no soportarlo, recuerdo el favor que le tengo que hacer a él. Me volteo a verte, sigues con una cara de sorpresa. Te levanto del sillón y tú sigues sin decirme nada. 

-Vamos. -Es lo que me limito a decir. 

  Sales primero, yo me regreso para poder ir por mi celular que estaba sobre la mesita. Lo encuentro rápido y lo agarro pero algo llama mi atención. Es aquel dije que te pertenece. Lo sostuve entre mis manos. Sabía lo que significaba pero eso no era correcto. 

  Caminamos hasta aquel restaurante donde sabría que te perdería. Caminamos a aquella mesa reservada, entonces observé tu sonrisa después de todo. Esa sonrisa que era única, esa que solo me dedicabas solo a mí. Sirvo vino en cada copa. 

-¿Eres feliz? -Te preguntó, tus ojos brillan. 

-Si. 

-Mereces serlo. -Me acerco y te coloco el collar con todo el dolor del mundo, aspiro tu aroma por última vez porque sé que a partir de este momento lo mejor será alejarme. 

  Te sonrió y tú solo me miras con la sorpresa palpable en tu rostro angelical. Él llega, le cedo el asiento mientras me agradece.

  Salgo de allí con el corazón roto. Vaya vida la mía. Era tan ridículo todo, que comencé a reírme de mí y de todo lo que sucedía. De lo irónica que era la vida. 

  Pienso en lo que haré de ahora en adelante. Camino sin un rumbo fijo bajo aquel cielo estrellado. No tiene caso mirar atrás, era hora de olvidar. 

  Pero, aquella esperanza vuelve. Siento aquellos bracitos rodearme. Ahora yo soy el sorprendido. 

-Solo soy feliz a tu lado. -Aquellas palabras hacen que cada pedazo de mi corazón vuelva a su lugar. 

  Me volteo a verte, tu carita con aquel puchero me mata. Me acerco a tus labios y deposito un beso. Un hermoso beso que esperé años para hacer realidad, besé aquellos labios que tanto me llamaban por fin. Y mi felicidad aumentó cuando fui correspondido. 

-Te amo. -Confesé al fin. 

-Eres un tontito. -Le miró sorprendido. -Yo siempre te he amado. 

-Entonces...

-Quería olvidarte. 

-¿Lo lograste? 

-¿Crees que si hubiese podido hacerlo estaría aquí? -Preguntó con burla, yo negué. -Jamás podré olvidarme de ti, eres mi alma gemela.

-El destino lo quiso así. 

-No, nosotros lo quisimos así...