martes, 11 de marzo de 2014

Mejor amigo...

Pues... No tengo nada que decir. Solo que no quiero estudiar :3 

Mejor Amigo. 

  Las lágrimas caen de su rostro, mientras en su mano hay un poco de su camisa. Le quiere retener a su lado, le necesita ahora más que nunca. Pero sus palabras le duelen, no quiere hablar porque sabe que si lo hace las lágrimas harán que su voz decaiga. Se siente cruel al querer mantenerlo a su lado, pero quiere ser egoísta. Quiere que este a su lado. Le quiere a él, no ha otra persona en ese momento. Pero sus palabras le duelen, le hacen tambalear aún más en aquel estado. Trata de ser fuerte por fuera, pero por dentro esta destrozada. 

-Por favor déjame ir con ella.-Le duele de sobremanera escuchar aquellas palabras, intenta soportar una vez más las lágrimas traicioneras.

  De nuevo el recuerdo le sacude, le necesita a su lado pero aún así se separa. Quizás en otra ocasión aquello no le hubiese importado, quizás solo si no fuese ese día todo estaría bien. 

-¿Me dejas ir? -Le pregunta mientras separa los brazos de su cuerpo.

-Pero...

-No tendré otra oportunidad de hablar con ella... ¿Puedo?

  Traga saliva, asiente levemente porque sabe que su voz se quebrará si intenta hablar. Le ve alejarse y eso le destroza más. Por su mente solo pasan dos palabras.

Te necesito. 

  Pero no lo dice, se calla. Porque sabe que su dolor debería guardárselo para si, no debería exponerse y menos en aquel momento en que cualquiera podría verle. Se siente pequeña cuando aquella otra persona se sienta junto a ella. Se siente mal, tanto emocional como físicamente. No quiere saber de nada ni de nadie. Pero nuevamente el recuerdo no se va, haciendo que las lágrimas vuelvan, trata de aguantar los hipidos y la otra persona se preocupa. 

  Le dice entre susurros lo que pasa y esta solo le abraza. Arde en fiebre, se toma una pastilla pero igual se siente de la misma manera. Quiere dormir y entre lágrimas y escalofríos lo hace. Al final duerme de una forma intranquila pero lo hace. 

  Siente remordimiento de verse tan frágil ante aquellos que le vieron llorar y se preocuparon. Se siente inútil al no haber podido soportar hasta estar sola. Se siente tonta al haberle dicho que permaneciera a su lado. Pero se siente idiota al haber creído en sus palabras.

  Trata de ponerse en sus zapatos pero su lado egoísta es más fuerte, siente que no debió haberle dicho y se mantiene callada. Calla aquello que le duele, sabe que quizás eso debió haber pasado. Que también fue su culpa al hacerle elegir. El enojo, la tristeza pudo más.

  Se siente cada vez más alejada de él, su orgullo es más fuerte. No le habla, se enoja con facilidad. Le duele en ocasiones pero otras siente que es lo mejor. Se quiere alejar, quiere que se aleje porque su amistad no es la mejor. 

  Pero eso es solo su punto, no sabe lo que siente aquella otra persona. No sabe lo que piensa, no lo conoce... Llegó a un punto en el que ambos son dos extraños y ninguno hace nada por evitarlo. Se pierden en el abismo, se pierden entre las personas, sus lazos comienzan a desgastarse y sus promesas a romperse. 

  Cambian, como todo. Pero de nuevo vuelve a surgir algo, aún se estiman. Aún se quieren. Años de amistad no pueden irse por la borda. 

  Pero ella tiene aquella espina clavada, se siente traicionada. Se siente tonta.

-¿Qué piensas sobre si volvemos?

-¿Yo? Bueno, es tu vida no la mía. 

  Le duele nuevamente, cuando le necesitaba le dejó por ella. Porque no habría tiempo después, pero aparentemente el tiempo para ellos se acabó. Se desgastó. Pero vuelven a tratar de ser lo mismo, vuelven a querer ser amigos. Rompe su orgullo.
  
  Ella tiene miedo, se aleja porque no quiere que por ella su relación fracase. Ya una vez pasó, se refugia en otras amistades. Le ignora para que sea feliz. Frecuenta a otros amigos, se separan. 
  
  El orgullo y el miedo son más fuertes. Se siente como si no encajara, como si todo estuviera mal.

-Ella no quiere que te metas más en su relación. -Le dice una tercera persona. 

-No lo hago. 

  Le duele escuchar eso, se siente ofendida porque es lo que menos hace. Por eso se aleja más, quizás sea lo mejor. Pero se da cuenta que al final no puede, no quiere.  

  Dice que ya no le importa pero es todo lo contrario. Dice que le odia a su manera pero no es cierto. Dice que es mejor no verlo cuando quiere verle. 

  Espera verlo con ansias pero sabe que no pasará. El tiempo pasa, a ella le gusta un chico. Y vuelve a sonreír de nuevo, ya no espera verlo. Ya no se preocupa tanto por él. Ya no le afecta. 
El tiempo ha pasado volando, ese chico comienza a hacerle reír, a comprenderla, a hablar con ella. Hace que su mundo gire 360 grados, se siente mejor con él a su lado. Ya no busca los abrazos de aquel que se dice su mejor amigo. Busca los de ese chico porque es ahora en los que se siente segura. 

-Eres y seguirás siendo mi mejor amigo. Y si algún día dejamos de hablarnos. Nadie podrá ocupar ese lugar.-Lo dice de corazón, no miente. 


  Porque es la verdad, por algo le eligió, por algo decidió que sería él y no otro. Por ese algo rompe su orgullo y dice que su amistad no puede verse afectada por aquello. Desea que sea feliz, no le gusta verlo triste, odia que pase eso. Por ello vuelve a su lado, porque si su amistad puede con eso podrá con muchas otras dificultades. Solo quizás, aquella espina se vaya algún día. Solo quizás vuelva a conocerlo, a encontrar a aquel chico que adoró tanto, a aquel que llamó mejor amigo...